lunes, 17 de mayo de 2010

Mujeres en el Campo de las Ciencias, Origen y prejuicios.






Las mujeres han contribuido a la ciencia desde sus inicios, aunque no hayan sido reconocidas por ello. Historiadores interesados en ciencia y género han mostrado las contribuciones hechas por mujeres, las barreras con las que se toparon y las estrategias que desarrollaron para que su trabajo fuese aceptado.

La participación de las mujeres en el campo de la medicina ha sido documentada por varias civilizaciones tempranas. Una egipcia, Merit Ptah (2700 a. C.), descrita en una inscripción como "médica principal", es la primera mujer mencionada en la Historia de la ciencia. Agamede fue citada por Homero como curandera en la Antigua Grecia antes de la Guerra de Troya. Agnodike fue la primera médica en trabajar como tal en el siglo IV a. C. en Atenas.

La Revolución Científica de los siglos XVI y XVII vio una gran afluencia de mujeres al campo de la ciencia, sin embargo, las mismas fueron excluidas de las universidades. Así, para continuar con sus intereses científicos, se vieron obligadas a obtener sus conocimientos de manera informal. Margaret Cavendish, una mujer aristócrata del siglo XVII Duquesa de Newcastle, tomó parte en algunos de los debates científicos más importantes de ese momento, escribió numerosos trabajos sobre materias científicas, incluyendo Observations upon Experimental Philosophy y Grounds of Natural Philosophy. En estos trabajos fue especialmente crítica con la creencia creciente de que los humanos, a través de la ciencia, eran los amos de la naturaleza. Como aristócrata, la Duquesa de Newcastle fue un buen ejemplo de mujeres que trabajaron en ciencia en Francia e Inglaterra.

La Ilustración vio la expansión del rol de las mujeres en la ciencia, gracias a ello las mujeres pudieron también llevar a cabo algunos estudios científicos como pasatiempo., o sirviendo de asistente de sus esposos, es en este rol que se destaca Marie-Anne Pierrette Paulze, quien estuvo 14 años como esposa de Antoine Lavoisier, la misma hablaba inglés y tradujo no sólo la correspondencia de su marido con los químicos ingleses de la época, sino también íntegramente el "Essay on Phlogiston" de Richard Kirwan, conocida en español como la Teoría del flogisto. El texto de Kirwan se trataba de un texto clave en la controversia que existía entre los químicos ingleses, como Joseph Priestley, sobre la naturaleza del calor en las reacciones químicas, además escribió clases de dibujos.

Lo que es obvio es el esfuerzo, dedicación y dificultad de las mujeres a través de la historia para formar parte de la realidad científica, y no ser únicamente quien se queda en casa sujeta y resignada a cumplir un rol de esposa y ama de casa.